Te creí odalisca noble
y yo observador pasivo.
Nadie me orilló al
espectáculo,
fueron mis alas las
que me llevaron a tal recinto
sin saber las
consecuencias.
Eras sincera, eso
lo reconozco
pero el veneno
surtió efecto antes de lo previsto;
quizá no fue tu
intención,
ni la malicia de
tus movimientos,
quizá no has
imaginado el desastre,
o quizá soy yo
quien deba dejar el placebo.
Comúnmente me
sumerjo en vasos de agua,
tratando de no
ahogarme en ellos;
presiento que esta
es una ocasión similar
en donde todo
debería de ser
tan diminuto y con
poco interés,
que las palabras
son ya un riesgo.
La culpa no es
tuya
sino de una vida contemporánea
mal comenzada.
Te deslindo de mis
males,
los cuales tu
belleza han ocasionado;
sigo mi rumbo
incierto y hostil
buscando objetividad
y experiencia;
sigue el tuyo tal
como lo has hecho,
pues no seré el
único con tu pasión por dentro.