¿Acaso aún persisten las dudas de si tú eres la elegida para bailar tango? No sabes cuánto tiempo lo he esperado. Y es que ya no hay conflictos existenciales que aborden mi mente constantemente, has sido importante factor para que las tinieblas se disiparan, para que el Sol saliera de nuevo, para ver a este castillo azul tan diminuto y ligero: no necesito saberlo más, eres y serás.
No sabes cuánto he esperado este preciso momento; las noches parecían hermosas en aquel entonces, ahora son más que eso, pues tu presencia parece iluminar con mayor brillo a las estrellas, y las lunas que posan en el firmamento, son ahora opacadas por tu hermosura: noche mía, has sido superada por una musa.
Sabemos que mi castillo me encarcela, que me ata al confinamiento irrazonable de la vida misma, sabemos que es una carga para mí. Pero al parecer no te importa: me pregunto por qué. Eso lo hace mucho más estimulante; saber que a una musa, a una doncella, a una ninfa, a una ilusión no le importa lo repulsivo que pueda ser mi destino, es tan gratificante como ver tantas lunas al mismo tiempo en la noche. Me sigo preguntando el por qué es que no te importan mis alas rotas.
Aún así, será grandioso cuando por fin pueda danzar como tú lo haces, en el cielo. Uno a uno, frente a frente, tu mirada será embrujo de mi alma y tus labios serán delicia de mis instintos.
No musa mía, no estarás frente a un Dios griego, tampoco frente a una deidad que posee mágicos secretos; estarás muy lejos de pensamiento si es que razonas así, por el contrario, te encontrarás con un simple súbdito de lo que produces, de aquello que emanas y que no lleva otro nombre más que amor.
A tu lado, me convertiré en un siervo humilde y manso, sin despojos de maldad y agresividad, mis ojos no se apartarán de tu hermosura pues temerán tanto ellos como yo el perderte por un instante. Pero la noche será diferente. He vivido de ella toda mi existencia y sé que hay un aroma especial que hace que los instintos se desborden, seré aquello que mis sombras esconden, que mis sentidos manipulan y que mis deseos controlan.
Seré simplemente aquello que nunca he sido, pues tus labios querré probar y las consecuencias se verán reflejadas en mi respiración: respiración que no podré manejar. No sólo tus labios me atraparán en una catarsis de emoción, tu cuello, tus hombros, tus brazos, tu vientre, todo tu ser será parte de mi fechoría, pues una vez que sienta cada parte de tu alma y los recorra con mis labios, entonces no querré dejarte ir: sólo tengo dos opciones para entonces, morir si te alejas, o vivir si es que decides quedarte.
No hay más para entonces; tengo claro que serás con quien baile tango en una noche iluminada por tres lunas –las lunas que vi en mis sueños- y serás parte de mí por siempre, aunque antes de eso hay algo fundamental: … ¿quisieras bailar tango con un soñador de tus pensamientos?... la vida como la conoces terminará para entonces... es un riesgo que nadie toma...
