Me es difícil comenzar un escrito como éste, pues hay cosas en la vida que han sucedido y no se necesitan pensar para volverlos a vivir, este es el caso.
Hechos que sucedieron en mi vida con anterioridad tratan de ser borrados por una mente que sólo se enfoca en el futuro y ve o prevé lo que nos depara el destino. Múltiples vuelos con caídas catastróficas y otros que nos llevarán más allá de las nubes, son maquinados constantemente por esta mente creadora de sueños y que no son más que deseos de seguir adelante: ese es su único objetivo, soñar hasta que el último sueño sea cumplido, no hay más para esta mente mía.
Pero es difícil seguir adelante si se me presentan imágenes de ti. Sí, te he visto sin verte, ¿contradictorio?, sí, pero fue como sucedió. No eras tú, pero era tu cara; no eras tú, pero era tu sonrisa; no eras tú, pero eran tus palabras; no eras tú, pero era tu piel; jamás fuiste tú, pero era tu alma; nunca fuiste tú, pero eran las lágrimas en mi mejilla desprendidas de mis ojos al volver a verte.
Hechos que sucedieron en mi vida con anterioridad tratan de ser borrados por una mente que sólo se enfoca en el futuro y ve o prevé lo que nos depara el destino. Múltiples vuelos con caídas catastróficas y otros que nos llevarán más allá de las nubes, son maquinados constantemente por esta mente creadora de sueños y que no son más que deseos de seguir adelante: ese es su único objetivo, soñar hasta que el último sueño sea cumplido, no hay más para esta mente mía.
Pero es difícil seguir adelante si se me presentan imágenes de ti. Sí, te he visto sin verte, ¿contradictorio?, sí, pero fue como sucedió. No eras tú, pero era tu cara; no eras tú, pero era tu sonrisa; no eras tú, pero eran tus palabras; no eras tú, pero era tu piel; jamás fuiste tú, pero era tu alma; nunca fuiste tú, pero eran las lágrimas en mi mejilla desprendidas de mis ojos al volver a verte.
Y es que era tan parecida a ti que por un momento me detuve frente a ese ser y la miré fijamente a los ojos tratando de buscar tu nombre en ellos, era completamente igual a ti, quizá con más edad, con menos inocencia, con mayor experiencia, pero eso no quitaba que fuese un vivo retrato de tu ser.
Aún así me contuve, pues en el momento de observarla, elaboré un sin número de acontecimientos que no deberían de suceder en el caso de que sí fuera tu ser: nunca sucedieron, pues no eras tú.
Y es que te parecías tanto a ella, que busqué refugio entre la gente que era basta y escandalosa, pues sabemos que un encuentro entre tu alma y la mía sería una desgracia para todo este tiempo sin saber de ti, todo regresaría, todo se volvería a formar, y un simple “hola, ¿cómo estás?”, sería la guerra de sentimientos por parte de mi maltrecho corazón y la razón por la que aún sigue latiendo, que es la vida.
Aún sabiendo que no eras tú –mi mente lo confirmaba una y otra vez-, seguía con la mirada a ese ser tan parecido a ti: sus movimientos, sus expresiones, su manera de socializar con los demás, su intensidad con la que sonreía; eras tú, sin serlo.
Y es por eso que he llegado a esta conclusión: ¡o una de dos!, o sucede un hecho en mi vida que me haga olvidar todo aquello que venga relacionado contigo o simple y sencillamente tengo una vida martirizada por no tenerte frente a mi una vez más.
Simple, ¿no? Me pregunto si piensas en mi como lo vuelvo a hacer yo: espero que no, es una agonía hacerlo y si fuese el caso de que lo hicieras ¿qué esperas?, aún sigo vivo, sabes que hacer.
Lamento tener estas imágenes en mi mente cuando vieron a esa persona, pues es síntoma de que has dejado marca en mi corazón, que dicho sea de paso, pretende morir en poco tiempo, es insuficiente lo que este mundo le da.
Recuerdos, malditos recuerdos celestiales… un día te olvidaré completamente, desafortunadamente ese día será cuando ya no pueda respirar, pues será indicativo de que he muerto.