jueves, 30 de julio de 2009

Volar...

Alguna vez, nulo lector, te has preguntado: ¿quién eres?; dentro de ti y en esos momentos en los que no sucede nada pero a la vez sucede todo, ¿haz pensado en ti mismo (a) como algo que existe en este mundo pero no sabes a ciencia cierta si en verdad eres algo por lo cual debes ser ejemplo a los demás o simplemente eres algo común y corriente, tal y cual los demás? Creo que he caído en ese embrollo últimamente, y es que los acontecimientos que a mi alrededor acontecen hacen que piense de esa manera; aún no sé quien soy, aunque de vez en cuando pienso en algún objetivo que me hace aterrizar en este mundo y enfoco mis pensamientos hacia ese algo, pero tarde o temprano algo superior a mi se encarga de desvanecer mi sueño.

Es por eso que escribo, para no olvidar, para seguir “vivo”, para mantenerme ocupado en responder a mis propias preguntas, para seguir soñando con los ojos abiertos, para no caer en el eterno sueño que en algún momento a todos nos adormecerá; escribo para no morir de cansancio.

Visualicémoslo de esta manera (creo que me extenderé mucho, por lo que depende de ti nulo lector si quieres seguir leyendo o no), pensemos en que todos nosotros somos simples pájaros, seres que vuelan y exploran este mundo en los aires, teniendo como horizonte sus mismos sueños, anhelando alcanzar las cimas de las montañas más altas, viviendo y conviviendo con otros pájaros iguales a uno mismo. Pensemos también, que nuestro objetivo como todo ser vivo es, una vez nacido, es crecer, reproducirse y morir, enseñanzas que la bilogía nos deja ¿no?; en fin, esa es nuestra razón de vida, es por la que somos seres que seguimos ese patrón mientras podamos, el dejar descendientes y vivir tan felices como podamos a lo largo o corto mientras dure nuestra existencia.

Los retos que a nuestro paso desde el momento en que nacemos serán numerosos, aún más, no sabremos a bien cuales serán, pero estamos seguros de que habrá muchos de ellos, ningún ser en esta vida ha pasado sin tropezarse por lo menos una vez, por lo que depende de cada uno el saber sortearlos, saber esquivarlos y saber tomar esas corrientes en las cuales nos favorecen para no caer en pleno vuelo. Es así como nosotros, simples pájaros vivimos esta vida, tratando de ser felices retirando o evitando obstáculos en nuestro vuelo.

Es aquí donde mi confusión crece y alcanza un estado de nostalgia deplorable; habemos pájaros que desde nacimiento nuestras alas no fueron las indicadas, o quizá nuestro pico fue mal formado y no nos permite comer adecuadamente, o posiblemente seamos más frágiles que los demás pájaros y eso nos impide el poder volar; si seguimos esta línea nos daremos cuenta que los retos que todo ser enfrenta, en nosotros serán más difíciles, más complicados, más agotantes, exhaustos, in-soñables, quizá imposibles de realizar. Es por eso que vivimos al máximo cuando se nos presenta la oportunidad, sentimos esa brisa por las mañanas y nos aferramos a ella sin despegar nuestras extremidades del piso, cerramos los ojos y sentimos que volamos, aunque nuestras alas no se hayan desplegado, es por eso lector que anhelamos poder volar segundo a segundo pero sin dejar de pensar en que posiblemente nunca podamos hacerlo.

Regresemos un poco a la pregunta de quienes somos: muchas veces me lo he preguntado, ¿quién soy? ¿qué hago en este tiempo y espacio? ¿por qué estoy así?, éstas y otras más asaltan mi pensamiento cuando veo el ocaso, o cuando hay tranquilidad en las nubes, o cuando simplemente dejo de soñar. Los retos que he enfrentado desde corta edad me han hecho aprender muchas cosas, pero no te lo niego lector, a veces esas cosas siento que no sirven para nada, estoy cansado de sólo sentir la brisa por la mañana, de cerrar los ojos y pensar que vuelo como los demás pájaros; a veces es frustrante pensar que no podré volar como ustedes, de poder alcanzar la cima de tan siquiera una montaña, de observar el panorama desde allá arriba, es cansado lector, muy cansado estar así.

Tengo un único objetivo en la vida, el cuál no te revelaré y espero mis palabras no lo hagan, me aferro a él mientras puedo, pero para alcanzarlo hay que recorrer mucho tiempo, hay que desgastar las alas mal trechas que me han dado y hay que tener unos… unos… pensamientos muy firmes para no volverse loco mientras el tiempo transcurre. Pero en días como hoy, en los cuales todo se nubla, donde todo se ve tan complicado es cuando desisto y me entrego a la nostalgia, a la amargura y a mi destino. El posible “vuelo” que tomaré para alcanzar mi objetivo se percibe más que inimaginable, quizá imposible, quizá inalcanzable; por eso medito, por eso pienso, por eso vivo una y otra y otra vez el sueño, lo analizo de tal suerte que me pregunto si no estoy soñando muy alto. En el tiempo próximo y corto enfrentaré estas interrogantes con más fuerza porque vendrá una posible oleada de viento cálido e inigualable que tal vez me lleve al primer aleteo hacia mi sueño, pero estoy tan confundido lector que temo perder la noción en dicha oleada. Aún así lo intentaré.

Es cierto que mis palabras y pensamientos han tomado muchas veces (como las de hoy) un toque de nostalgia, de emociones quizá negativas, de llanto contenido mientras observo como se oculta el Sol tras las copas de los árboles; pero esto no significa que sea cobarde, o que me dé por vencido mientras los veo volar y hacer piruetas en el aire, ¡no!, soy, como muchos otros pájaros, de los que perciben las consecuencias de tomar decisiones equivocadas pero al fin y al cabo las toman, de los que se arriesgan en abrir las alas aunque éstas no tengan plumas o simplemente estén atrofiadas, soy de los que se aferran a los golpes de la vida como se aferra un niño a su madre, soy… simplemente soy un pájaro que quiere alcanzar la cumbre de su propia montaña.

Es por eso lector, que debes aferrarte a las corrientes de aire mientras puedas, ya que no siempre estarán ahí; vuela tan alto como lo desees pero teniendo presente que si te dejas caer en algún momento del vuelo perderás el control y eso podría traerte graves consecuencias; mantente en el aire todo el tiempo y explora rincones que nunca has visitado; sueña lector, sueña mucho y realiza dichos sueños, eso te mantiene volando y paradójicamente te mantiene vivo.

Habemos muchos pájaros que en nuestras vidas tendremos retos el doble o triple de difíciles que los pájaros “normales”, pero somos tercos como nadie más, eso nos caracteriza, y todo lo hacemos por el simple hecho de… volar.

lunes, 20 de julio de 2009

Una gota: el comienzo de un mar

Me pregunto si este es el comienzo del mar; quizá sí. Aún así, lo ocurrido en el tiempo pasado ya está marcado, no hay vuelta atrás; lo sucedido ocurrió de una manera inesperada, rápida, confusa, quizá un poco sin control, pero ya estaba todo decidido. La gota que marcaría el comienzo del mar estaba ya creada, era cuestión de tiempo para que se hiciera notar.

Aún recuerdo el día, el momento preciso, la hora indicada y el llanto fugitivo que después de la noticia no podía quedarse contenido. Todo, absolutamente todo estaba en esa gota; nunca me imaginaría la angustia que sentí en su momento, todo y a la vez nada pasaban dentro de mi, era como un lugar donde corre el tiempo pero no hay nada, donde sólo te sumerges en tus pensamientos y analizas lo ocurrido, como si estuvieras vivo y a la vez muerto en un lento agonizar por tratar de ser; todo y a la vez nada ocurría dentro de él.

Pasaron días para que reaccionara, incluso me atrevería a decir que fueron semanas, quizá y con un poco de atrevimiento me gustaría decir que fueron meses. No hubo daño más grande en mi maltrecho cuerpo que ese, donde la colisión nunca la vi venir, pero el golpe fue tal que mi ser quedó conmocionado, estupefacto, agonizante en un mar de llanto y de infinidad de preguntas que hasta ese entonces no tenían respuesta: incluso, jamás han tenido respuesta.

Así lo sucedido en ese tiempo y espacio, nunca más volvió a ser el mismo, y es que ese ha sido su gran mal o su gran bien, cada golpe que recibimos es una enseñanza en nuestra vida, que algunas veces nos hace crecer pero otras tantas he de confesar nos ha dejado en la lona sin podernos levantar. Todo está en el saber cuál y en qué momento es el indicado para levantarse; siempre lo he hecho; siempre lo ha hecho.

Y el tiempo ha pasado, tan rápido pero tan lento que aún recuerdo ese ayer, increíblemente no he desesperado por querer evaporar esa gota de mar, aunque muchas veces quise hacerlo, tantos soles, tantas lunas; tanto tiempo ha pasado ya.

Alguna vez alguien me preguntó: ¿recuerdas como era?, a lo que respondí: como si estuviese enfrente de mi, cada detalle, cada gesto, cada parpadeo, cada movimiento que hacía lo recuerdo. Y arremetió: ¿aún te duele?... mi silencio respondió por breves instantes la pregunta, pero pensé: -no hubo dolor más grande que ese; hoy puedo contestar que está la cicatriz pero el dolor desapareció-, entonces respondí: el único dolor que tengo es el del recuerdo, quizá una fuerte amnesia me lo pueda quitar, aún así en la actualidad sólo te puedo contestar que soy otro, con recuerdos, con lágrimas, con pensamientos hacia el pasado, pero no moriré de ese dolor que me marco.

Ahora sólo espero ha que termine de llenarse el mar, con cada gota, una por una esperaré, sé que tardará mucho para hacerlo pero no soy impaciente, bueno, quizá sí pero valdrá la pena esperar. Hoy la primera gota de mar nació y se encuentra en un lugar del tiempo, habrá más mientras todo siga igual; el único momento en que el mar deje de crecer, será cuando mis recuerdos y mi ser mueran o cuando ella vuelva a aparecer.

jueves, 16 de julio de 2009

¿Un salto más?

+ ¿Estás seguro?... ¿Por qué tan agitado Ícaro? Y más aún ¿Por qué mueves las alas con tanta fuerza? Ten cuidado, podrían romperse.

- Mis alas están listas… Tan grande es mi anhelo que empiezo a despabilarlas.

+ ¿Estás seguro?... Te veo impetuoso, ¿por qué tanta desesperación por volver a volar?

- Mis alas están listas… ¿Acaso te has vuelto loco? ¿Cuántas veces hemos volado en esta vida?

+ ¿Estás seguro?... Muy pocas, quizá escasas para ser más preciso. Pero estás tan jubiloso que la desesperación podría hacerte daño.

- Mis alas están listas… Me infundes temor; deberías de alentarme; es una de las pocas oportunidades que tengo para volar y sabes que no lo haré solo. Alguien se ha atrevido a despertarme y ha sugerido volar junto a ella.

+ ¿Estás seguro?... Ha eso me refiero. Sabes quien es, y su pasado juntos ha tenido consecuencias. Me preocupa lo que suceda, eres demasiado ingenuo para el mundo Ícaro, cualquier error podría traerte fatales consecuencias.

- Mis alas están listas... No me interesa lo que pienses, no guardo rencor en mi ser y bien lo sabes. No somos como ellos. Sí, reconozco que hay errores en ese pasado; sí, recuerdo todo lo que sucedió, pero no quiere decir que me aleje de ese ser.

+ ¿Estás seguro?... Sólo piénsalo Ícaro, te arriesgas mucho y tus alas son frágiles aún, que la motivación por poder volar de nuevo no te lleve al abismo.

- Mis alas están listas… No te preocupes en verdad, hemos caído miles de veces, sabemos que si algo falla nos levantaremos y volveremos a intentarlo.

+ ¿Estás seguro?... Confío en tus alas, últimamente han estado agotadas, pero encargate de descansar lunas antes del despegue.

- Mis alas están listas… Descuida, pretendo hacerlo y aún más, sobredosis de entusiasmo y de cera en mis alas harán un vuelo perfecto.

+ ¿Estás seguro?... ¿Ella sabe que tus alas son artificiales?

- Mis alas están listas… Sí, siempre lo supo.

+ ¿Estás seguro?... ¿Crees que eso le importe?

- Mis alas están listas… Ve al grano, ¿qué quieres insinuar?

+ ¿Estás seguro?... El mundo fuera del castillo azul es extraño Ícaro, tú más que nadie lo sabe. Ya te han apartado por tu esencia misma, por tu forma de pensar, por tu forma de actuar y sobre todo por tu aspecto físico.

- Mis alas están listas… …

+ ¿Estás seguro?... Ah! ¿No estabas preparado para eso verdad?

- Mis alas están listas… Ella no creo que sea así, no le importará.

+ ¿Estás seguro?... Por eso tengo miedo, un golpe más como ese (que en el pasado ya lo tuviste) te dejaría en el suelo, sin movimiento, sin aliento, sin sueños y sobre todo sin ilusiones. Ellos no son como tú, ni tú eres como quieres ser.

- Mis alas están listas… …

+ ¿Estás seguro?... Piénsalo Ícaro, sólo piénsalo.

- Mis alas están listas… Lo he pensado…

+ ¿Estás seguro?... Vez, tengo razón en protegerte.

- Mis alas están listas… No, te equivocas. Sí, lo he pensado, y pienso que debo volar, no importan las consecuencias, será un vuelo grandioso, te lo demostraré.

+ ¿Estás seguro?... Eres obstinado, eso es bueno, nunca te das por vencido.

- Mis alas están listas… Lo sé. Ahora, deja que valla a planear el vuelo, aunque ya está todo dicho.

miércoles, 1 de julio de 2009

Abismo

Bien me lo dijo él: “Ten cuidado Ícaro, sabes como es eso a lo que los mortales llaman amor”. Ahora que no está momentáneamente, seguramente me estuviera flagelando con esa frase una y otra vez. No importa, para eso he aprendido en el tiempo pasado de “eso”, pero parece ser que ha sido en vano. He vuelto a caer en las redes que adormecen, que te hacen soñar, ilusionar, que te levantan hasta lo más alto; pero también empiezo a caer, como cae una hoja madura del árbol.

“Ten cuidado…”, me lo dijo desde el principio, lo escuche, pero no pensé que fuera a ignorar lo que me advirtió. Y es que más que ignorar, es cometer un error no forzado, es algo que se lleva dentro de cada ser, de cada individuo, de tus instintos, de lo que piensas y sientes, de lo que sueñas y anhelas, un error a fin de cuentas mío.

Confío en el amor, y más aún, confío en su cariño, pero no confío en los que quieren ese cariño. Son como depredadores, buscan a la única presa más cercana, y no es que esté comparando, simplemente hago una analogía de lo que viene a mi mente; pero así son las cosas, y ni ese ser ni yo tenemos la culpa de que sea tan codiciada, seguida, buscada, ¡no! no es culpa de nadie, así es, nada se puede hacer al respecto.

Por eso me consume lentamente el fuego perpetuo del amor, ese fuego que algunos dicen que es bueno y otros dicen que es consumible para quien lo posee. Estoy siendo atacado por mi propia paranoia, pensé que no la tuviera así de penetrante, ahora siento y veo que es mala, detestable, algo con lo que no quiero vivir eternamente, este fuego que me consume es eso, consumible hasta la más pequeña célula que habita en mi cuerpo.

Así las cosas en mi entorno, empecé a volar y con ello vinieron muchas cosas favorables, una de ellas el destino me la puso delante, y le agradezco que así haya sido, pero necesito controlar mis impulsos, sino, tarde o temprano volveré a sentirme como antes; loco, desquiciado, paranoico han sido las características de este fuego perpetuo.

Ya no, trataré de amortiguar la caída lo más que pueda, aunque eso conlleve el enfrentamiento con mis enemigos. Sí, aquellos que codician a mi ser amado; no importa ya, confío en ese ser, y aunque las consecuencias sean negativas para mi, estaré satisfecho de aceptar las decisiones y pensamientos que la musa tenga. Siempre ha sido así: enfrento las situaciones, las ideas se disparan, las consecuencias negativas y positivas afloran, para finalmente aceptar decisiones, sean o no sean buenas para mí.

Me encuentro recostado en el piso de mi castillo azul, solo veo el techo y su inmensa obscuridad; no pasará nada me repito una y otra vez, y así lo visualizaré, nunca paso, ni pasa, ni pasará nada, es el destino de este humilde volador.

Respiraré hondo, cerraré los ojos, subiré a la terraza más alta de este castillo y exhalaré mi odio hacia las estrellas, ellas me han visto llorar infinidad de ocasiones, no les importará que lo haga una vez más.

Extiendo mis brazos hacia los lados y abro mis alas para que se despabilen; miro fijamente al horizonte y veo el ocaso, hermoso, sublime, tan lindo como siempre. Vuelvo a ver mi futuro tan claro. Me acerco a la orilla de la terraza de tal manera que sólo el abismo está bajo mis pies, ahora razono; tranquilo, inmerso en el horizonte y comienzo a pensar y reflexionar: “sereno, sin prisas Ícaro, nada es para siempre”. Sonrío y una lágrima corre por mi mejilla: “está bien, aguantare mis celos una vez más”.