viernes, 25 de febrero de 2011

Eclipse

Mientras preparo mi cuerpo para la oscuridad, dentro del castillo se manifiestan síntomas de excitación; más allá de ser por alegría o regocijo, son de pesadumbre y nostalgia. No cabe duda, la naturaleza misma lo dice: el eclipse comenzará.

Creo plenamente que él nos necesita y es por ello que concentraré toda la energía que poseo en su beneficio. No es una forma de rendirle pleitesía, sino de agradecerle por la vida que me ha dado. No tengo miedo si dejo de existir; tengo miedo si él deja de hacerlo.

El Arcano y… … creen que es un suicidio involucrarse en su favor, pero ellos no comprenden que no es aniquilar nuestras vidas lo que surgirá después de ayudarlo, por el contrario, seguiremos dentro de todo esto: del mundo, de la naturaleza, del paisaje, de los verdes prados allá abajo, del mismo castillo azul.

/¿Te preparas?

-Así es.

/¿Saldrás al exterior cuando haya eclipse?

-Así es.

/¿Por qué te empeñas en ayudarlo?

-…

/Estas cavando tú propia tumba alado.

-Cabaré la tuya también si insistes en hablar.

/¡Vaya! Hasta que se deja ver en ti esa mofa grotesca, que es propia de mí.

-…

/¿Por qué no dejarlo solo?¿Por qué no dejar que se funda entre el quemante Sol y la asfixiante Luna?

-…

/Si que eres caso perdido Ícaro. Peo ¿sabes? Cuando te vea allá, en el cielo oscuro, caer como una bola en llamas, entonces sonreiré y habré tenido razón en confiar en mi propia intuición y no en lo qué él quería.

-…

/¿No me dirás nada?

-¿Hace falta hacerlo?

/Sabes que está próxima tu muerte.

-Lo estará más próxima si no lo ayudamos.

/¡Qué va! Está bien: ayúdalo a alcanzar el eclipse, pero recuerda mis palabras Ícaro: nadie, ni él, te garantiza que vuelvas y si vuelves, tampoco te garantiza que no te mate.

-Que así sea.

/¡Estúpido! Date tú cuenta de que solo te avientas al precipicio con las alas atadas. Pero veámosle el lado favorable; tú te vas y mueres; yo me quedo y reino. ¡¡¿No es maravilloso?!!

-Sí: todo es maravilloso.

/Así se habla alado.

-Sólo quiero dejarte saber algo… si regreso, créeme, yo mismo te sacaré el corazón con mis manos, te veré a los ojos y sabré que poco a poco te vas quedando sin vida.

/…





El eclipse nos espera. Mi cuerpo está listo, su conocimiento también. Te aseguro, amigo mío, que nada debemos de temer; todo está en confiar en nuestras alas y juntos regresaremos sanos y salvos.

No hay porque llorar: lloraremos el día en que dejemos de existir.

jueves, 10 de febrero de 2011

-Amanecer- (segunda y última parte)

+¿Cómo…!!! No perteneces aquí. Vete. Ya no lo envenenarás más.

/Yo no fui quién abrió el sótano…

+Pero…

-Yo lo hice.

+¡Ícaro! ¿Qué has hecho?

-Lo que tenía qué hacer. A todos nos compete esta situación.

+¿De qué hablas? ¿cuál situación?

-Nuestro destino como seres.

+No comprendo…

/Es difícil que tú comprendas algo.

+No me hincaré ante tus palabras ser demoniaco.

-Calla. Es ahora cuando el razonamiento se pondrá a prueba y ejerceremos la tolerancia.

+No se podría tolerar a seres envenenadores de pensamientos…

-¡Dije que cayes! Comprende que ahora el discutir no es opción.

+…

/Y entonces ¿qué planeas alado soñador?

-No planeo nada. Sólo quiero que sepan que posiblemente nuestra era ha comenzado su fin.

/¿Lo aseguras?

-Ha habido muchos cambios en el tiempo y en el espacio; dichos cambios mermarán a cada uno de nosotros.

/Se trata de él ¿no es cierto?

-En parte.

/No es momento de reprochar pero muchas veces te lo hice saber: no eres nadie ante su pasado, presente y futuro.

-Eso ahora no tiene importancia.

+Hablaré con él; le expresaré tus inquietudes, tus anomalías, le diré que mueres a causa…

-¡No! Nadie insinuará tal cosa. Prohíbo ante los cuatro vientos, que se mencione tal infortunio por la que nos vemos sometidos. Nuestro destino se ve forjado por las palabras, no por las acciones de resurrección que él pudiera cometer.

+Pero…

-¡Nadie dirá nada!

/¿Te dejarás morir así? ¿Tan simple y sencillo? ¿No lucharas por lo que te pertenece, por lo que nos pertenece?

-Y según tú ¿qué nos pertenece?

/¡¡Todo!!

-No hay nada que nos pertenezca. Somos producto de su agonía hecha felicidad. No nos debe nada.

/¡No Ícaro! Reclamemos su tiempo, su espacio, su vida misma. Reclamemos su mundo convertido en ilusiones…

-¡No!

/¿Acaso no deseas vivir? ¿Acaso te menosprecias y te haces inferior a él?

-…

+Dialoguemos ante su presencia: habrá solución ante esto…

-¡NO! ¿No comprenden? No podemos inferir en su vida, no somos cuestionadores de sus decisiones; no pertenecemos a su mundo; no pertenecemos a sus sueños y esos son los que nos despojan de la vida ahora.

/¡Maldición Ícaro! Has estado sujeto a él durante cientos de lunas; incluso miles de ellas han pasado sobre tus ojos y has sufrido sus propias lágrimas. Ahora no me vengas con que lo mejor es no decir nada.

+Amargamente… comparto esas ideas.

-Al igual que ustedes, me siento deslucido, pero deben entender que así se habían marcado las cosas desde el mismo día que soñó con la primera palabra.

/Debe de haber alguna manera para poder vivir sin él. Dejemos que muera por sí mismo, aterrado ante su propio presente mediocre.

+No es lo mejor.

-No. Ninguno de nosotros le hará daño. Se forja su propio destino y a consecuencia de ello nosotros quedamos renegados en el exilio. No podemos sufrir ante eso; sabemos que no hay nada más importante que su propio anhelo y él lucha por lograrlo cada día.

/¿Sin nosotros?

-Así es. Y no debe recurrir a nosotros. Su mundo no se lo permite y no creo que él tampoco se lo permita.

+¿Dejaremos de existir?

/…

-Si otra cosa no sucede, así será.

/¡¡No!! Me niego a dejar este tiempo; yo no soy como ustedes, débiles seres insignificantes que no luchan por la perfección. Si quieren desaparecer, por mí no hay ningún problema, pero yo tomaré su lugar de cada uno de ustedes y el de él. Todo lo que está en él es mío.

-Sabes que no dejaré que le hagas daño.

/Me pertenece su vida.

-No te pertenece nada.

/He buscado el momento para surgir de las sombras y este es el momento indicado…

-Sugiero que calmes tu furia.

/No te necesito alado. Crearé mi propio destino, cosa que tú jamás hiciste y ahora se formulan las consecuencias: morirás.

-Aún respiro, ten en mente eso.

/No dentro de mucho tiempo. Si él sigue en su carrera por un sueño tonto, entonces te veré asfixiado en la inmundicia del sótano.

+Creo que debemos tranquilizarnos, nada de lo que está diciendo llevará a una solución.

-La solución corre en cada segundo: no tengas miedo por ello.

/Hagan lo que quieran. Necesitaré energía para el gran día. Mientras tanto, disfruten de sus miserables vidas.






+¿Es cierto todo esto Ícaro?

-Ante la verdad, no hay ninguna mentira. Sé que te sientes temeroso por el destino final, pero te aseguro que es la mejor manera de terminar algo que un día comenzó.

+¿Estamos vivos aún, no es cierto?

-Si

+Entonces disfrutemos la vida misma mientras la poseamos, el tiempo corre y no se apiadará de nosotros.

-Me alegra que tengas entusiasmo en momentos como este. Comparto tu opinión, nos queda aún un último suspiro y quién sabe, quizá la vida sea aún larga para nosotros. No hay que temer, lo importante es su felicidad y no la de nosotros; mientras haya cosas que leer, seguiremos siendo parte de su imaginación…

miércoles, 9 de febrero de 2011

-Al amanecer- (primera parte)

+¿Otra vez aquí?

-¿No es hermosos el amanecer?

+¿Qué es lo que pasa?

-Había olvidado cómo era sentir la brisa por la mañana.

+El día te mata…

-Y la noche me da vida.

+¿Y entonces qué haces en estos momentos aquí?

-Divisando la vida misma.

+¿No descansarás?

-No.

+¿Por qué?

-Tendré mucho tiempo de sobra para hacerlo.

+…

-…

+¿Hay algún problema con tus alas?

-No. Recientemente las envestidas del viento las han dejado sin plumas, pero no hay daños mayores.

+¿Y entonces, por qué te expones ante el fulminador?

-Quizá porque estoy cansado de dormir. Al mismo tiempo que considero soñar profundamente.

+Explícate.

-…

+…

-¿Lo has visto?

+Si. ¿Qué hay de malo en él?

-Vive.

+Eso es bueno para todos.

-En cierta medida.

+¿Insinúas que debería de ser lo contrario?

-No. Sólo refiero que ya no existe con nosotros… no tanto como en el pasado.

+¿Lo extrañas?

-No.

+¿Entonces?

-Apuesto que habías olvidado esa melodía que la mañana trae al despertar del Sol, ¿no es cierto?

+Si, un poco. Hace mucho no la percibía. Pero eso no responde a mi pregunta.

-No logro distinguir, como siempre, entre los instrumentos que componen la sinfonía.

+Respóndeme.

-…

+…

-Nos ha olvidado.

+No lo creo; sabemos por qué el distanciamiento.

-Aún así.

+Ve al punto Ícaro; el amanecer continúa y sabemos que no es bueno estar de frente ante el mismo tiempo.

-¿Te has cuestionado alguna vez sobre nuestro origen y propósito en este mundo?

+No. No encuentro relación ante tus inquietudes.

-¿Qué pasaría si desapareciéramos por completo?

+…

-Comienzo a morir…

+¡Pero qué dices! Te veo bien: tus alas no están dañadas, un poco marchitas pero has pasado peores momentos.

-No, no me comprendes.

+¿Entonces?...

/Entonces déjalo decidir; deja que tome el libre albedrío, ¿no es así Ícaro?