Y sin imaginarlo, te vi frente
a mí
callada y serena,
serena y tranquila,
me decías todo con tus ojos
aquellos que no puedo olvidar.
Tomaste mi mano y acurrucaste
tu frente en mi pecho,
sentía la ternura emanar de tu
corazón;
no supe qué decir,
no supe qué hacer,
sentía sólo esa sensación de
amor en mi cuerpo.
Alguien me hablaba pero no era
tu voz,
no sé que decía, no enfocaba
su atención;
mi predilección era tu cuerpo,
era tu rostro, eran tus ojos.
Te recuerdo con sólo verte,
estabas ahí, cayada y serena,
serena y tranquila,
y yo… soñaba contigo en un
buen día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario