sábado, 17 de octubre de 2009

(segunda parte)...

- La persistencia no lo permitió… Bien; de ahora en adelante todo cambiará. Sí, arriesgué demasiado en este vuelo, pudieron suceder cosas de las cuales ni siquiera mi furia me levantaría, anomalías que me derribarían y me sepultarían en los mares del dolor, tantas cosas pudieron suceder, pero no fue así. Sólo una caída que me hizo reflexionar en el dolor, en las ganas y en lo vulnerable que aún soy ante el mundo: no importa, ya sucedió.

+ Muerto deberías de estar… Todo sucedió de una manera en que no tenías contemplado nada, sólo el riesgo y la excitación por volar te hizo realizar tal hazaña. Es bueno que reconozcas esos errores.

- La persistencia no lo permitió… Sí: y volverá a suceder…

/ Fue tu coraje quien te resucitó… ¡Genial! Te lo dije, te dije que sería grandioso volar, que sería excelso sortear las brisas buenas y malas…

- La persistencia no lo permitió… ¿Acaso tienes la capacidad para aprender algo?

/ Fue tu coraje quien te resucitó… …

- La persistencia no lo permitió… Aún con tu falta de puntualidad en los saberes en los que se necesita enmudecer el habla, te agradezco mucho; incurriste en mí esas ganas de aventura, de volar a ciegas, de maquinar cosas impensables, simple y sencillamente ganas de vivir en el extremo.

/ Fue tu coraje quien te resucitó… Y podemos hacer grandes cosas Ícaro, es cuestión de mirar más allá de las nubes.

- La persistencia no lo permitió… Sí, es cuestión de seguir soñando… pero ya no más contigo.

/ Fue tu coraje quien te resucitó… ¿Qué? ¿Por qué? Soy quien te da ánimos, él sólo ve el lado negativo de lo extremo, soy yo quien te acompaña en estas situaciones…

- La persistencia no lo permitió… Lo sé, y una vez más gracias, pero he aprendido en tan corto tiempo que el riesgo es algo que se debe de controlar hasta cierto punto, saberlo manipular, manejar, controlar y saborear es lo que haré: a tu lado eso es imposible.

/ Fue tu coraje quien te resucitó… Pero… si quieres no me involucraré en eso, dejaré que planees todo…

- La persistencia no lo permitió…No.

/ Fue tu coraje quien te resucitó… Oye, no me puedes encerrar en el sótano de nuevo, es injusto; te di una razón más para volar, te he enseñado la vida de otra manera, no puedes encerrarme Ícaro…

-La persistencia no lo permitió… Sí puedo… ahora, ante las extrañezas en las que te invoque, deseo que tengas paz allá en el lugar en donde perteneces, que tus sueños sean placenteros, que tus murmullos sean el silbido del aire por las noches y que tu llanto no despierte corazones en ningún momento de este tiempo y espacio… adios.




+ Muerto deberías de estar… Fue lo mejor que pudiste haber hecho…

-La persistencia no lo permitió… No necesito palabras tuyas tampoco, así es que evita tus susurros ahora. Como te dije, todo cambiará. Estoy cansado, sumamente agotado, mis alas sangran de dolor y mi cuerpo es más que un trapo sucio. Necesito descansar mucho, todo lo que sea necesario.

+ Muerto deberías de estar… Está bien.

-La persistencia no lo permitió… Necesito soñar de nuevo, pues mis alas me han suplicado descaso y no puedo fallarles, a ellas no. Necesito tiempo adormecido, pues temo que lo negativo que hay dentro de mi surja como surgen los vientos, de la nada. Necesito visualizar mi escaso futuro, pues no sé que rumbo tomaré cuando despierte. Necesito sólo un sueño y una luz del horizonte, pues ya no puedo callar mi llanto… todo parece perdido.

+ Muerto deberías de estar… Duerme, y que las musas de la misericordia te acompañen. Yo, velaré tu sueño y estaré aquí cuando tengas que despertar. No te preocupes por el castillo, en pie se mantendrá cuando regreses. Duerme… duerme profundo Ícaro, y que tus sueños se hagan realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario