sábado, 12 de junio de 2010

Un palo y una piedra: armas para la guerra

Las golondrinas se escuchan tan cercanas, pero he de reconocer que no sé si las escuchare dentro de este cielo tan nublado, tan ruidoso, tan estrepitoso por los rayos: no sé si escucharé golondrinas en la playa mientras me recuesto sobre la arena a pensar en la enormidad del mar.

Pensar en el mañana me causa insomnio, y es justamente esta noche en la que debo de descansar más que cualquier otra, pues la guerra que me espera será más que tormentosa; estará llena de sangre y no precisamente sangre del enemigo, sino aquella que emanará de los poros de mi piel y es que no es pretexto, pero me han armado con un palo y una piedra; me dejarán en medio del desierto y tendré que encontrar la gloria yo mismo.

Me duele pensar en lo que sucederá después de la lucha, no se necesita ser un gran estadístico para saber que tengo mucho.. mucho que perder pero también demasiado que ganar.

Si pierdo, la agonía se extenderá; si gano, la paz posará momentáneamente sobre mis hombros; si pierdo, llanto contenido habrá en mi corazón; si gano, extenderé las alas y podré volar tranquilamente; si pierdo, un mar de angustias invadirá mi cuerpo; si gano, sabré que fui y di lo mejor de mí para cruzar la sinuosa muerte; si pierdo.. si pierdo... no sólo moriré mentalmente, también morirá el comienzo de mi sueño... el universo.

"Nada se supone, todo se comprueba"

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