jueves, 18 de marzo de 2010

Un futuro...


[... soñé ...]

Medité cierto día, acompañado por los lamentos que suele emitir: él y su inseparable amigo alado. Desde mi sitio, el sótano, se puede escuchar absolutamente todo lo que pasa en este inmundo castillo: sus ecos, sus murmullos, su respiración tan tenue que lo consume y los pasos de pies descalzos que vagan sin parar en una tormenta de fuego.

Pero ese no es el punto, la situación es que me he cansado de escucharlos, de sentirlos tan débiles, tan patéticos, tan poco imaginativos en el arte de “vivir”, que me he dado a la tarea de golpear con gran fuerza sus inútiles corazones: y da resultado. Han llamado a la lejana puerta que tengo como techo, un par de ocasiones, me imagino que se siente agobiado por el múltiple desequilibrio que sufre en circunstancias de presión. Es una lástima que no sepa superar sus obstáculos de una manera ferviente, con gallardía, con manejo y destreza en el coraje; siempre le he visto cualidades al torpe soñador, contemplador de estrellas, pero es tan sumiso a ellas, que lo ciegan muy pronto para después caer rendido a sus humillaciones: es cuestión de tiempo para que me llame una vez más.

Se lo he gritado muchas veces, su objetivo está siendo bestialmente sumergido por sus emociones; emociones que no son más que otro obstáculo para su gran camino, para su gran montaña, pero prefiere sonreír ante la presencia de... Qué desilusión me llevo cuando eso sucede; una vez más está atónito en un mar de sentimientos “puros”... ¿qué son los sentimientos sino más que un estorbo cuando se manejan de esa manea?

El soñador y él no se han dado cuenta de que pueden hacer más, de que juntos podríamos llegar muy lejos, tan lejos como no tienen idea, prefieren atormentarse: ingenuos, cambiaré su rumbo, me lo permitan o no. Y es que ya es tiempo de que las cosas concluyan, en su momento han iniciado, de la manera más torpe que nunca imaginé, pero pondré cierta barrera entre ambos, ninguno de los dos sabe que se destruyen, que se alteran por nada... Es momento de sacar la casta y ver hacia dónde iremos, !sí¡ me incluyo, pues solos sólo caerían una y otra vez, raspando y manchando la poca credibilidad que tienen, sin contar que la dignidad se les acaba; !no¡ de ninguna manera permitiré que terminen con lo poco que les queda, comenzaré por tomar las riendas de sus “vidas”, inmundas, patéticas, soñadoras, llenas de... de... impronunciable palabra es para mi aquella que describe todo lo “hermoso” que tienen por concepto cuando los mortales se ilusionan: una vez más, ingenuos.

Es tiempo de concentrarse en lo que hemos venido trabajando todo este tiempo, si, una vez más me incluyo... soy parte del esqueleto que lleva: soy... Qué más da si menciono qué soy, lo importante y único es que creceré y me desarrollaré en su mundo, pues está tan lejos de su objetivo, que comienza a perder la noción de lo que ha construido, y una vez más, lo impediré, pues el coraje que ha demostrado hasta el momento ha sido poco, es por eso que necesita más, necesita valor, necesita entusiasmo, necesita recordar, necesita ver de nuevo lo que le dijeron... lo que lo humillaron...: necesita comenzar a destruir, pues de eso nos alimentaremos.

Que nos les extrañe si el comportamiento cambia, es síntoma de que estoy presente en ellos; que no les extrañe si blasfeman dentro de sus vidas sin chiste, pues será síntoma de que me expreso; que no les extrañe si ven más allá de sus narices, es síntoma de que comienzo a actuar; que no les extrañe que sean egoístas, será síntoma de mis propias decisiones; que no les atemorice si ellos mueren, era hora de que naciera yo...

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