martes, 2 de junio de 2009

Desesperación

Hace unos días, y es así como comienza, escuche a una niña llorar. Todo mundo llora, por cualquier motivo que lo provoque, algunos por emoción, otros por nostalgia, algunos otros por un amor incomprendido, infinidad de argumentos podría dar para que el llanto fuese producido; pero la niña de quien te cuento lloraba por otras razones no separadas de la realidad.

Mis ojos no veían más que obscuridad, comprendía al instante que comenzaba a esfumarse el sueño en el que me encontraba, pero el llanto seguían ahí, era un llanto, no sé… te mentiría si te digo que era de emoción, aún más sería un mentiroso si te digo que era por un amor incomprendido; el llanto era indescriptible, quizá me comprendas un poco si te dijese que fue provocado por el dolor físico, pero me comprenderías mejor si te dijera que el dolor era por una muela.

Sí, una muele le causaba llanto severo a una pequeña niña a la que le calculé cinco o seis años de edad, no me preguntes si la vi, o le pregunte que muela era, sólo lo deduje ya que una vecina del otro edificio es dentista y da consultas en un área de su departamento, área en la que se encontraba la niña y podía ser escuchada desde mi recamara.

El motivo de mi escrito no es explicarte los detalles y de cómo sucedieron, sino la sustancia del evento; una niña llorando incontrolablemente por dolor físico, dolor producido por un posible diente picado, y sabemos que duelen muchísimo; su llanto era tal, que sólo escucharlo era tan angustiante que iba más allá de lo posiblemente molesto que puede estar una persona al que se le despierta a las 4 am de la madrugada, y es que a esas horas sucedían las cosas.

No soy muy fanático de los infantes, no me preguntes el por qué, pero esa madrugada, volvía a comprender que el dolor y la desesperación de un niño puede destruir mi helado corazón, a tal grado que pedía en mi interior, calmar ese llanto desesperadamente angustiante de la niña. El dolor plasmado en un niño es una de las peores cosas que puedo experimentar en esta vida.

De aquí parto nulo lector, para reflexionar en el dolor, sabemos que puede venir en diferentes reacciones, emocionales, mentales, amorosas, pero sobre todo el dolor plasmado en los sentidos humanos, el dolor físico.
La vida que llevo me ha enseñado cierto tipo de dolores, incluyendo el físico, lo he experimentado constantemente, y temo decir que es una de las cosas a las que me he acostumbrado; pero ver el dolor en otras personas es algo que difícilmente uno se puede acostumbrar, más si se trata de un niño. De esta manera me pregunto ¿por qué, en el nombre de la vida, existe el dolor en aquellas personas que no pueden defenderse de él? ¿por qué se nos enseña que las cosas las aprendemos de cierta manera con el dolor? ¿por qué, nulo lector, los humanos aprendemos con el dolor propio y ajeno? Debería de haber ciertas reglas naturales para el dolor en este caso, aquellas personas que han sido buenas en su vida no deberían de padecerlo, en cambio aquellas personas que han hecho mal a otras se les debería de castigar con dolor. Quizá te preguntes en estos momentos que soy muy tétrico, pero este es mi sentir, así plasmo lo que siento, pienso, veo y escucho, de esta manera enfoco mis emociones en aquellas personas que están libres en el mundo y que tienen mucho que pagar, seguiría con estos argumentos pero me temo que gaste mis escasas ideas errando en algo que sabemos que es indefendible.

Apreciable lector, si en algún momento de tu vida tienes la oportunidad de mitigar el dolor en tu semejante y estás consiente de que él ha llevado una vida plena y sin errores graves, entonces ten la noción de que su dolor puede ser mitigado, entonces hazlo; una de las peores cosas en la vida humana es ver a alguien sufrir sin que él o ella se lo merezca.

Considérame extremista, considérame paranoico o incluso alguien que no piensa más allá de la enseñanza que tendrá esa persona al sufrir, pero sólo me defenderé con algo que se llama “sentimiento”.

No sufrimiento a aquellas personas que nada deben, sí sufrimiento a la escoria humana que pulula en este mundo.

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