jueves, 22 de septiembre de 2011

El viaje (tercera parte) El comienzo del fin

Estás más allá de mis fuerzas alado amigo. Te he buscado durante lunas enteras y es momento oportuno para encontrarte en un mundo donde nunca estuviste perdido.

El despojos de una batalla ha mermado el paisaje y ahora es cuando debemos regresar. Vislumbro destellos de cenizas allá, donde los árboles están secos, donde el cielo te cubre de luces, donde hay fuego y olor a hierba quemada; es ahí donde te encuentro, es ahí donde yaces, es ahí donde espero encontrarte vivo y no extinto por el paso de la nostalgia más que del tiempo.

Camino sin secar, interminable; cansado troto lo más rápido que puedo, pero tú sabes que los años no pasan en vano y a este maltrecho esqueleto le sobran años, acumulados los guardo en el alma y en los huesos, en mis ojos y en los poros de mi cuerpo. Camino inundado por piedras, dificultan mi andar y es que una piedra es más peligrosa que una montaña a la cercanía: a la montaña la veo borrosa, a la piedra no la veo… ni siquiera borrosa.

Pudiera detener mis piernas y quedarme aquí, descansando, refrescándome, pero creo no me lo perdonaría yo mismo, a un amigo no se le hace esperar y mucho menos en tan crueles y moribundas circunstancias. Doy mi extra alado amigo, espero sepas valorar mi ímpetu pues me queda muy poco y temo que no sea el suficiente para regresar.

Ahí estas, envuelto en hojarasca seca; ya veo tus brazos, ya veo tus piernas, ya veo tu rostro: pero no veo tu alma. Por tercera vez, amigo mío, dame señales de ánimo, dame señales de vitalidad, dame señales de que aún eres y no has dejado de ser: en vano hiciera esta travesía si sucumbes ante un cielo estrellado y sin Luna.

__________________________________________________________________

+Muévete por lo menos un poco…
+Mueve lo que te quede de cuerpo..
+Mueve lo que te quede de alma…
+Muévete y no me obligues a irme con la esperanza vacía.
__________________________________________________________________


¿Por qué no me atiendes insensato? A metros estoy de ti y no me escuchas, ¿acaso debo de gritarte y bastonearte con el objeto que me mantiene en pie? ¡Qué mísero eres Ícaro! Mira que venir por ti y que tú ni siquiera me voltees a ver…

__________________________________________________________________

-... esperaba algo así para poder pronunciar lo importante…

+¡Ícaro!

-… sigo vivo.

+Ahora no sé si creer a mis oídos o pensar que estoy yo también muerto y te veo en un paraíso cercano al cuerpo.

-…

+…

-Mientras decides, dame un poco de agua, que hasta mis compañeras de estancia, las plantas, beben del preciado líquido.

+Toma y satisface tu sed, comprendo las condiciones en las que te encuentras y negártela sería más que una cobardía.

-¿Por qué tardaste tanto en llegar?

+¿Por qué tardaste tanto en gritarme que seguías en algún lugar?

-Disculpa mi atropello.

+No hay cuidado; creo que tuviste tiempo para afinar tu sentido del humor.

-¿Qué tan lejos estamos de casa?

+Salí del castillo hace 180 lunas

-Demasiado lejos como para poder llegar mañana.

+Toma en cuenta que soy viejo.

-Demasiado lejos como para poder llegar pasado mañana.

+Si no te incomoda, te haré compañía en tu confortable lugar de descanso.

-Lo siento, has de venir muy cansado y yo aquí sin poderme mover. Pues… dónde gustes, cualquier sitio es bueno para morir.

+Bien, es cierto, yo caminando lunas tras lunas y tu aquí cómodamente. ¡Qué buen lugar eeh!

-Ahora lo importante: debes contarme todo lo que ha pasado.

+¡Qué gentil! No he cerrado los ojos ni cinco segundo y me pides contarte todo: en fin. ¿Listo?

-Cuando gustes: cuéntame el comienzo del fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario